Terminé hoy "El mapa y el
territorio", novela con la que Michel Houellebecq obtuvo el premio Goncourt el
año 2010. Las últimas páginas me recordaron el 31 de diciembre del año 2011, en que terminé de leer "Las partículas
elementales" cerca de la medianoche. Cerré el libro y debí partir a la
clásica cena de fin de año. Recuerdo haber estado toda la velada con una sensación de
irrealidad y nostalgia, inevitables en mi opinión al llegar al final de esa magnífica novela. Lo que me impresionó en aquel primer libro
de Houellebecq fue por sobre todo el punto de vista, la manera desapegada y
objetiva con que el narrador se refería a la especie y los asuntos humanos,
como si se tratara de un entomólogo describiendo el comportamiento de un tipo
de insectos con los que se ha encariñado de forma especial, o un ser de
otro planeta que observara con algo de asombro y simpatía (lástima a ratos),
las miserias y logros de nuestra especie. En "Las partículas..."
ese tono y perspectiva tienen una resolución
magistral al final del libro, que permite entender el camino recorrido con un
prisma totalmente distinto al que tuvimos al iniciar la lectura.
En el caso de "El mapa y el
territorio", si bien el argumento es más convencional (lo cual no impide
que el propio Houellebecq sea un personaje más del libro, y padezca un final
asombroso), se respira un ambiente parecido, una mirada del hombre en que lo efímero de su existencia está siempre presente. Al finalizar el
libro, tuve la misma sensación... una especie de conciencia amplificada de la esencial fragilidad de la vida humana, y como consecuencia
(asunto que no sé si es buscado deliberadamente por el autor), lo absurdo de
cualquier interés profundo o apasionado por los asuntos humanos al alero de
una cosmovisión nihilista. Houellebecq parece mostrar al final del día la
urgente necesidad del dogma y el orden, aunque llegue a ello por vías no tradicionales.
El mapa y el territorio me pareció
una novela importante, de las mejores que he leído el último año. Tiene
reflexiones agudas sobre diversos temas... la creación artística es uno de
los principales (Jed Martin, el protagonista, es un artista que comienza como
oscuro fotógrafo y termina siendo un célebre pintor), pero también sobre las
relaciones amorosas, el dinero, el mercado del arte y hasta el celibato
católico y los perfiles sicopáticos. Muy interesante y muy recomendable!.
"La cuestión de la belleza es secundaria en la pintura, a los
grandes pintores del pasado se les consideraba tales cuando habían
desarrollado una visión del mundo a la vez coherente e innovadora, lo cual
significa que pintaban siempre de la misma manera, que utilizaban siempre el
mismo método, los mismos procedimientos para transformar los objetos del
mundo en objetos pictóricos, y que esta manera que les era propia no había
sido empleada nunca antes. Se les apreciaba aún más como pintores cuando su
visión del mundo parecía exhaustiva, parecía aplicable a todos los objetos y
todas las situaciones existentes o imaginables". (P.34)
"El padre de su
padre había sido fotógrafo; sus propios orígenes se perdían en una especie de
charco sociológico poco apetitoso, estancado desde tiempos inmemoriales,
esencialmente compuesto de obreros agrícolas y campesinos pobres".
(P.35)
"Después de
haberse servido un vaso de whisky dio varias veces la vuelta a la sala,
siguiendo una trayectoria elipsoidal y fingiendo más o menos que estaba
absorto en sus reflexiones, cuando en realidad su cerebro no conseguía
formular ningún pensamiento, aparte de la sorpresa, de que la imagen de sus (antiguos) compañeros hubiese desaparecido tan
completamente de su memoria, borrada, borrada radicalmente; era para
preguntarse si él pertenecía a la especie humana". (P.55).
|
"...más
asombroso aún era que le hubiese elegido a él. Cierto que era un chico
guapote, pero de esos bajitos y menudos que no suelen buscar las mujeres; la
imagen del bruto viril que te lleva a la cama volvía a estar en auge desde
hacía unos años, y la verdad era que se trataba de algo más que un simple
cambio de moda, era el retorno a los fundamentos básicos de la naturaleza, de
la atracción sexual en lo que tiene de más elemental y más brutal... Sí, la
elección de Olga era sorprendente y Jed se habría asombrado si su carácter le
hubiera permitido asombrarse de esta clase de cosas o cuando menos
notarlas". (P.63)
"...joven
pareja urbana sin niños, estéticamente muy decorativa, aún en la primera fase
de su amor, y por ello dispuesta a maravillarse por todo, con la esperanza de
acumular una reserva de hermosos recuerdos que les servirían a la hora de
afrontar los años difíciles, que hasta quizá les permitiera superar una
crisis de pareja: para cualquier profesional de la restauración y la
hostelería representaban el arquetipo de los clientes ideales". (P.83)
A propósito de los
sacerdotes católicos: "Herederos de una milenaria tradición
espiritual que ya nadie comprendía realmente, en otro tiempo situados en
primera fila de la sociedad, los curas se veían actualmente reducidos, al
término de estudios espantosamente largos y difíciles que abarcaban el
dominio del latín, del derecho canónico, de la teología racional y de otras
materias casi incomprensibles, a subsistir en miserables condiciones
materiales, a pasar de un grupo de lectura del Evangelio a un taller de
alfabetización, a decir misa cada mañana para unos feligreses escasos y
avejentados, todo goce sensual les estaba vetado, y hasta los placeres
elementales de la vida familiar, obligados sin embargo por la función que
desempeñan a manifestar día tras día un optimismo forzoso..... Los jóvenes
sacerdotes urbanos constituían un tema desconcertante e inaccesible para
quienes no compartían su fe". (P.88)
|
"Por lo que había podido observar, la
existencia de los hombres se organizaba alrededor del trabajo, que ocupaba la
mayor parte de la vida, y se realizaba en organizaciones de dimensión variable.
Al final de los años de trabajo de abría un periodo más breve, marcado por el
desarrollo de diversas patologías. Algunos seres humanos, durante el período
más activo de su vida, intentaban además asociarse en microagrupaciones,
denominadas familias, cuya finalidad era la reproducción de la especie, pero
estas tentativas, casi siempre, daban un brusco viraje por motivos relacionados
con la “naturaleza del tiempo”. (P.93)
"...ser artista, en su opinión, era ante todo
ser alguien sometido. Sometido a mensajes misteriosos, imprevisibles, que a
falta de algo mejor y en ausencia de toda creencia religiosa había que
calificar de intuiciones; mensajes que no por ello ordenaban de manera menos
imperiosa, categórica, sin dejarte la menor posibilidad de escabullirte, a no
ser que perdieras toda noción de integridad y de respeto por ti mismo".
(P.94)
"Tenía un falso aspecto de lesbiana
intelectual que eventualmente podía seducir a chicos de temperamento algo
pasivo..... Ha cambiado mucho -dijo Jed-. O sea, en el plano personal.
Profesionalmente, en cambio, nada. De todas formas, es impresionante hasta qué
punto la gente corta su vida en dos partes que no se comunican entre sí, que no
interactúan en absoluto una con otra. Me parece increíble que lo hagan tan
bien". (P.137)
¿Qué es lo que define a un hombre? ¿Cuál es la
primera pregunta que se le hace a un hombre cuando quieres informarte de su
estado? En algunas sociedades le preguntan primero si está casado, si tiene
hijos; en las nuestras, se le pregunta en primer lugar su profesión. Lo que
define ante todo a un hombre occidental es el puesto que ocupa en el proceso de
producción, y no su estatuto de reproductor. (P.138)
"Olga era dulce, era dulce y amante, Olga le
amaba, se repitió con una tristeza creciente al mismo tiempo que comprendía que
ya nunca habría nada entre ellos, que nunca podría haber nada entre ellos, la
vida te ofrece una oportunidad a veces, se dijo, pero cuando eres demasiado
cobarde o indeciso para aprovecharla, la vida recoge sus cartas, hay un momento
para hacer las cosas y para abrazar una felicidad posible, ese momento dura
algunos días, a veces unas semanas e incluso unos meses, pero sólo se presenta
una única vez, y si quieres rectificar más tarde es simplemente imposible, ya
no queda sitio para la esperanza, la creencia y la fe, subsiste una resignación
suave, una piedad recíproca y entristecida, la sensación inútil y justa de que
podría haber ocurrido algo, de que sencillamente uno se ha mostrado indigno del
don que le acaban de hacer". (P.220)
Pues tiene razón: mi vida se acaba y estoy decepcionado.
No ha sucedido nada de lo que esperaba en mi juventud. Ha habido momentos
interesantes, pero siempre difíciles, siempre arrancados al límite de mis
fuerzas, nunca he recibido algo como un don y ahora estoy harto, sólo quisiera
que todo termine sin sufrimientos excesivos, sin una enfermedad anuladora, sin
dolencias. (P.229)
El mapa y el territorio. Edit. Anagrama. Panorama
de Narrativas. Primera edición. Septiembre de 2011.
|