domingo, 24 de junio de 2018

El mapa y el territorio. Michel Houellebecq



Terminé hoy "El mapa y el territorio", novela con la que Michel Houellebecq obtuvo el premio Goncourt el año 2010. Las últimas páginas me recordaron el 31 de diciembre del año 2011, en que terminé de leer "Las partículas elementales" cerca de la medianoche. Cerré el libro y debí partir a la clásica cena de fin de año. Recuerdo haber estado toda la velada con una sensación de irrealidad y nostalgia, inevitables en mi opinión al llegar al final de esa magnífica novela. Lo que me impresionó en aquel primer libro de Houellebecq fue por sobre todo el punto de vista, la manera desapegada y objetiva con que el narrador se refería a la especie y los asuntos humanos, como si se tratara de un entomólogo describiendo el comportamiento de un tipo de insectos con los que  se ha encariñado de forma especial, o un ser de otro planeta que observara con algo de asombro y simpatía (lástima a ratos), las miserias y logros de nuestra especie. En "Las partículas..." ese tono y perspectiva tienen una resolución magistral al final del libro, que permite entender el camino recorrido con un prisma totalmente distinto al que tuvimos al iniciar la lectura.
En el caso de "El mapa y el territorio", si bien el argumento es más convencional (lo cual no impide que el propio Houellebecq sea un personaje más del libro, y padezca un final asombroso), se respira un ambiente parecido, una mirada del hombre en que lo efímero de su existencia está siempre presente. Al finalizar el libro, tuve la misma sensación... una especie de conciencia amplificada de la esencial fragilidad de la vida humana, y como consecuencia (asunto que no sé si es buscado deliberadamente por el autor), lo absurdo de cualquier interés profundo o apasionado por los asuntos humanos al alero de una cosmovisión nihilista. Houellebecq parece mostrar al final del día la urgente necesidad del dogma y el orden, aunque llegue a ello por vías no tradicionales.
El mapa y el territorio me pareció una novela importante, de las mejores que he leído el último año. Tiene reflexiones agudas sobre diversos temas... la creación artística es uno de los principales (Jed Martin, el protagonista, es un artista que comienza como oscuro fotógrafo y termina siendo un célebre pintor), pero también sobre las relaciones amorosas, el dinero, el mercado del arte y hasta el celibato católico y los perfiles sicopáticos. Muy interesante y muy recomendable!.


"La cuestión de la belleza es secundaria en la pintura, a los grandes pintores del pasado se les consideraba tales cuando habían desarrollado una visión del mundo a la vez coherente e innovadora, lo cual significa que pintaban siempre de la misma manera, que utilizaban siempre el mismo método, los mismos procedimientos para transformar los objetos del mundo en objetos pictóricos, y que esta manera que les era propia no había sido empleada nunca antes. Se les apreciaba aún más como pintores cuando su visión del mundo parecía exhaustiva, parecía aplicable a todos los objetos y todas las situaciones existentes o imaginables". (P.34)

"El padre de su padre había sido fotógrafo; sus propios orígenes se perdían en una especie de charco sociológico poco apetitoso, estancado desde tiempos inmemoriales, esencialmente compuesto de obreros agrícolas y campesinos pobres". (P.35)

"Después de haberse servido un vaso de whisky dio varias veces la vuelta a la sala, siguiendo una trayectoria elipsoidal y fingiendo más o menos que estaba absorto en sus reflexiones, cuando en realidad su cerebro no conseguía formular ningún pensamiento, aparte de la sorpresa, de que la imagen de sus (antiguos) compañeros hubiese desaparecido tan completamente de su memoria, borrada, borrada radicalmente; era para preguntarse si él pertenecía a la especie humana". (P.55).

"...más asombroso aún era que le hubiese elegido a él. Cierto que era un chico guapote, pero de esos bajitos y menudos que no suelen buscar las mujeres; la imagen del bruto viril que te lleva a la cama volvía a estar en auge desde hacía unos años, y la verdad era que se trataba de algo más que un simple cambio de moda, era el retorno a los fundamentos básicos de la naturaleza, de la atracción sexual en lo que tiene de más elemental y más brutal... Sí, la elección de Olga era sorprendente y Jed se habría asombrado si su carácter le hubiera permitido asombrarse de esta clase de cosas o cuando menos notarlas". (P.63)

"...joven pareja urbana sin niños, estéticamente muy decorativa, aún en la primera fase de su amor, y por ello dispuesta a maravillarse por todo, con la esperanza de acumular una reserva de hermosos recuerdos que les servirían a la hora de afrontar los años difíciles, que hasta quizá les permitiera superar una crisis de pareja: para cualquier profesional de la restauración y la hostelería representaban el arquetipo de los clientes ideales". (P.83)


A propósito de los sacerdotes católicos: "Herederos de una milenaria tradición espiritual que ya nadie comprendía realmente, en otro tiempo situados en primera fila de la sociedad, los curas se veían actualmente reducidos, al término de estudios espantosamente largos y difíciles que abarcaban el dominio del latín, del derecho canónico, de la teología racional y de otras materias casi incomprensibles, a subsistir en miserables condiciones materiales, a pasar de un grupo de lectura del Evangelio a un taller de alfabetización, a decir misa cada mañana para unos feligreses escasos y avejentados, todo goce sensual les estaba vetado, y hasta los placeres elementales de la vida familiar, obligados sin embargo por la función que desempeñan a manifestar día tras día un optimismo forzoso..... Los jóvenes sacerdotes urbanos constituían un tema desconcertante e inaccesible para quienes no compartían su fe". (P.88)



 "Por lo que había podido observar, la existencia de los hombres se organizaba alrededor del trabajo, que ocupaba la mayor parte de la vida, y se realizaba en organizaciones de dimensión variable. Al final de los años de trabajo de abría un periodo más breve, marcado por el desarrollo de diversas patologías. Algunos seres humanos, durante el período más activo de su vida, intentaban además asociarse en microagrupaciones, denominadas familias, cuya finalidad era la reproducción de la especie, pero estas tentativas, casi siempre, daban un brusco viraje por motivos relacionados con la “naturaleza del tiempo”. (P.93)


"...ser artista, en su opinión, era ante todo ser alguien sometido. Sometido a mensajes misteriosos, imprevisibles, que a falta de algo mejor y en ausencia de toda creencia religiosa había que calificar de intuiciones; mensajes que no por ello ordenaban de manera menos imperiosa, categórica, sin dejarte la menor posibilidad de escabullirte, a no ser que perdieras toda noción de integridad y de respeto por ti mismo". (P.94)


"Tenía un falso aspecto de lesbiana intelectual que eventualmente podía seducir a chicos de temperamento algo pasivo..... Ha cambiado mucho -dijo Jed-. O sea, en el plano personal. Profesionalmente, en cambio, nada. De todas formas, es impresionante hasta qué punto la gente corta su vida en dos partes que no se comunican entre sí, que no interactúan en absoluto una con otra. Me parece increíble que lo hagan tan bien". (P.137)


¿Qué es lo que define a un hombre? ¿Cuál es la primera pregunta que se le hace a un hombre cuando quieres informarte de su estado? En algunas sociedades le preguntan primero si está casado, si tiene hijos; en las nuestras, se le pregunta en primer lugar su profesión. Lo que define ante todo a un hombre occidental es el puesto que ocupa en el proceso de producción, y no su estatuto de reproductor. (P.138)


"Olga era dulce, era dulce y amante, Olga le amaba, se repitió con una tristeza creciente al mismo tiempo que comprendía que ya nunca habría nada entre ellos, que nunca podría haber nada entre ellos, la vida te ofrece una oportunidad a veces, se dijo, pero cuando eres demasiado cobarde o indeciso para aprovecharla, la vida recoge sus cartas, hay un momento para hacer las cosas y para abrazar una felicidad posible, ese momento dura algunos días, a veces unas semanas e incluso unos meses, pero sólo se presenta una única vez, y si quieres rectificar más tarde es simplemente imposible, ya no queda sitio para la esperanza, la creencia y la fe, subsiste una resignación suave, una piedad recíproca y entristecida, la sensación inútil y justa de que podría haber ocurrido algo, de que sencillamente uno se ha mostrado indigno del don que le acaban de hacer". (P.220)


Pues tiene razón: mi vida se acaba y estoy decepcionado. No ha sucedido nada de lo que esperaba en mi juventud. Ha habido momentos interesantes, pero siempre difíciles, siempre arrancados al límite de mis fuerzas, nunca he recibido algo como un don y ahora estoy harto, sólo quisiera que todo termine sin sufrimientos excesivos, sin una enfermedad anuladora, sin dolencias. (P.229)




El mapa y el territorio. Edit. Anagrama. Panorama de Narrativas. Primera edición. Septiembre de 2011.